Esta es una plaza fue la primera experiencia en Madrid en que el Ayuntamiento cedía un solar a una asociación de vecinos para su autogestión.
Después de 8 años, Esta es una plaza se ha convertido en un jardín comunitario abierto a la ciudadanía y en una referencia de otras formar de gestionar el espacio público.
Además de huerto, jardín y promotor de actividades culturales, Esta es una plaza es un espacio de experimentación o laboratorio ciudadano.
En 2016, Esta es una plaza se puso en contacto con carpinteros sin fronteros para construir un prototipo de protección de los alcorques del arbolado urbano que a su vez sirviese de banco.
El resultado fue inesperado. No sólo mejoró la protección del arbolado, si no que se convirtió en un inopinado punto de encuentro donde los vecinos podían hacer un alto en el camino para descansar o simplemente charlar.
